Por Gerardo Flores de la Rosa y Sandra Lilia Palacios
Raymond Williams (Reino Unido, 1921-1988) es quizá uno de los pilares de los llamados “Estudios Culturales” que han venido planteando un cambio en las políticas culturales de la sociedad. Parte de la necesidad imperante de efectuar un cambio dentro de los órganos que tienen el poder y que de alguna manera se han encargado de hacer duraderos los conceptos contrapuestos de pobres versus ricos. Esta dicotomía implica también un desequilibrio en todos los órdenes de la vida y Williams propone cómo ir solucionando ese mal. Sin embargo, en este bosquejo que dedicamos al autor, haremos una breve revisión que consideramos de mayor influencia en su obra, es decir, el contexto social y relevante que lo ha llevado a establecer sus propuestas.
Podemos situar la obra crítica de Raymond Williams en un contexto
comprensiblemente difícil. La Guerra Fría, la Postguerra, la segunda Guerra
Mundial, serán quizá los acontecimientos más relevantes que influirán en su
producción crítica. “El valor de su trabajo intelectual viene aumentado –al
igual que el del resto– por haber conseguido desarrollarlo en un clima social y
cultural poco favorable a las investigaciones de inspiración marxistas”(Coll
Blackwell, 1997, 34) . Motivos por los cuales Williams emprende la búsqueda de
las igualdades culturales de la sociedad. La economía inglesa sufre
repercusiones al grado de que se ve envuelta en la gran depresión que fluctúa
de 1924 a 1938, cuando comienza a salir de su estancamiento. Los recursos que
están iniciando de nuevo, también conllevan una serie de eventos que habrán de
crear esa conciencia de clases de Raymond Williams. Por otro lado, si el
marxismo cobra importancia para Williams, también Leavis influirá en él tal y
como señala Iciar Recalde argumentado que “las dos tradiciones fundamentales en
el contexto de formación de Williams fueron, por un lado, las enseñanzas de
Leavis, y por otro, el marxismo. Ambas tradiciones estarán sujetas a críticas y
reformulaciones desde la óptica del materialismo cultural. Leavis era el centro
en el campo intelectual de la Inglaterra de posguerra. Sus formulaciones en
torno a la cultura y a la literatura fueron un tipo específico de reacción a
los cambios experimentados en la vida social inglesa frente al avance del
capitalismo”. (Recalde, 2005. 11)
En la década de 1950 a 1960 pertenece al Círculo de Birmingham, donde se
encuentran los marxistas británicos, E.P. Thompson y S. Hall. Cultura y
Sociedad 1780-1950 De Coleridge a Orwell (1958), es producida durante su
participación en este círculo, el cual influirá fuertemente en el autor ya que
comparte con sus miembros no sólo la inquietud por comprender y explicar la
articulación entre clase social y práctica cultural con una mirada que
trasciende lo socioeconómico sino que sus fundadores, entre los que se
encuentra el mismo Williams, provienen de las clases más bajas de Inglaterra.
Según Mauro Wolf "Su interés se centra sobre todo en analizar una forma
específica de proceso social, correspondiente a la atribución de sentido a la realidad,
al desarrollo de una cultura, de prácticas sociales compartidas, de un área
común de significados". Los 50 es quizá la década más productiva de
Williams y se debe en mayor medida por los cambios que vive Inglaterra. No es
casual que los cambios sociales de su época sobresalgan como aliciente para ir
formando su idea de una vida solidaria entre seres humanos. Mientras Williams
desarrolla sus estudios, en Argentina está terminando el Peronismo hacia
finales de los setentas y es en ese momento cuando algunos intelectuales crean
la revista Punto de vista, bajo las direcciones de Beatriz Sarlo, Carlos
Altamirano, Ricardo Piglia, María Teresa Gramuglio y Hugo Vezzetti, que en
contra de la dictadura comienzan el laborioso trabajo de difusión de la obra de
Williams: “La lectura y difusión de Raymond Williams había comenzado a mediados
de los años setenta y continuaría en el marco de la dictadura de militar [sic]
inaugurada en 1976. De tal modo, hasta aproximadamente en 82, los jóvenes
provenientes de la izquierda revolucionaria, hicieron una productiva e intensa
lectura de Williams, en paralelo con las lecturas de Hoggart, Rama y Cándido”
(Jimena Montaña, 2009; 4 y 5). El campo no puede ser más difuso, pues del otro
lado del continente europeo, el crítico se enfrenta a sus problemas sociales, a
la búsqueda de una solución que lo lleve a mejorar las condiciones de vida; del
lado americano, el contexto social donde se inserta parte su obra, también se
halla la misma problemática. Los cambios abruptos, las guerras, la dictadura,
sólo reflejan el punto clave por el que Williams se interesa en dichos
aspectos: el poder económico, la democracia que no es democracia en el sentido
estricto de la palabra. La cultura entonces ya viene fracturada desde el
momento en que los que ostentan el campo político no revierten ni mejoran la
situación de violencia y pobreza que toda guerra y dictadura traen en sí.
Bajo estas circunstancias la obra crítica de Raymond Williams nace y se
desarrolla en un tiempo ya de por sí difícil. El contexto social en toda obra
repercute siempre en cómo, por qué y para qué fue creada. En el caso de
Williams vemos que en plena ebullición de cambios que han deteriorado la moral,
la economía, la política, los conceptos sociales, etcétera, se persigue un
nuevo modo de comprender tales características en el aspecto de la cultura, sea
cual fuere el país del que se hable. No sólo la comprensión si no una respuesta
o solución es la que se busca para que se haga efectiva una política cultura
que beneficie a todo ser humano, pues tal y como lo señala Roxana Patiño “se
pone de manifiesto la intención de buscar alternativas en nuevas lecturas o
relecturas de la historia de las ideas, la teoría política, la sociología de la
cultura y la crítica literaria. Desde esta estrategia de búsqueda, se introduce
el último Barthes, la sociología de Pierre Bourdieu y los estudios culturales
británicos, particularmente Raymond Williams, autores cruciales para la reforma
de la crítica literaria de los próximos años.”
Bibliografía:
Andreu Coll Blackwell, “Recordando a Raymond Williams
en el décimo aniversario de su muerte”
en Enrahonar. Barcelona, núm.
28, 1997. p. 34.
Iciar Recalde, “María Elisa Cevasco, Para
leer a Raymond Williams” en Orbis
Tertius. Bs As, Núm. X, 2005. p. 11.
María Jimena Montaña, “La recepción de Raymond williamas en la Revista Punto de
Vista: un retorno al sujeto, la historia y la experiencia” en Prácticas de oficio. Investigación y
reflexión en Ciencias Sociales. Bs As: núm. 5, 2009.
Roxana Patiño, “Revistas literarias y culturales argentinas de los 80” en Ínsula. Madrid, núm. 715-716, Julio / Agosto 2006. p. 3.