En “Raymond Williams y la idea de la Revolución cultural” de E. San Juan Jr. se nos presenta un acercamiento a los principales elementos que proclama el
mismo Raymond Williams sobre el asunto de los Estudios culturales. En principio
se nos alienta a saber qué abordan dichos estudios, lo cual decae en una
nivelación de la cultura en todos los estratos sociales (claramente divididos
por la economía y el poder). La cultura no debería ser elitista; la cultura es
el producto en conjunto de todos los seres humanos y como tal para ellos
mismos, no sólo para algunos; o lo que denomina Cultura Común. Esta ideología es la que desarrolla la propuesta
descrita de este ensayo.
El camino que traza E. San Juan Jr. va también a demostrar en la concepción
de Williams cinco engranes importantes para comprender, o si se quiere,
justificar los Estudios Culturales. En primera instancia veremos “la idea de la
cultura como los procesos y prácticas sociales que estén bien fundadas en las
relaciones sociales y materiales” como ente utópico de la humanidad donde
convergerían la economía, la política, la cultura y la crianza para que la
sociedad llegue a un progreso estable y unificador. Ambos factores deben
homogeneizarse y suplir todas las necesidades humanas, al mismo tiempo que son
distribuidas equitativamente.
En segundo término
“la historización de las prácticas culturales” (teniendo en cuenta la
palabra cultura en el sentido más abarcador posible) para comprender las
funciones del Estado, es relevante en la medida en que el individuo puede
cuestionarse las formas de desarrollo de su propio entorno. De esta manera se
puede llegar a un conocimiento de las cosas y participar de manera directa en
la producción de la cultura. En tercer punto el “consumismo” representa un
problema grave en toda la sociedad pues es lo que dicta la forma de actuar y
pensar del individuo. Pensemos en los bombardeos de “información” tergiversada,
en los productos milagrosos, en los signos de poder que conllevan las marcas de
grandes compañías y en el inevitable manejo de voluntades. Los estudios
culturales pugnarían principalmente por la autonomía del individuo frente el
“deber consumir esto o aquello”.
En cuarto lugar tenemos “la interacción del
conocimiento práctico con otras áreas” como manera de alcanzar una democracia unitaria
y general de progreso (remito al progreso porque es lo que toda sociedad
siempre buscará). Esto requiere, desde luego, la participación de los grupos de
poder en política, educación y comunicación para poner al alcance de todo
individuo los recursos necesarios para la transformación social que se
persigue. Se busca dirigir la vida propia de cada persona. Por último, el
quinto aspecto, “la intención”. Es fundamental tener en cuenta que todo cambio
y acción va propiciada por una intención de las cosas. Williams busca que el
cambio vaya en mejoramiento y no en retroceso ni que el individuo se mantenga
neutral. Persigue el cambio significativo, capaz de alentar la armonía en la
sociedad.
Podemos observar que la intención de los estudios culturales es la de
despertar el sentimiento de humanidad del individuo, tarea hartamente difícil
pero no imposible, a la misma vez que utópica. Sin embargo, un hecho importante
y creo que es el más complicado se basa en las esferas del poder político, pues
en ellos descansa la intención de la sociedad en querer mejorar las condiciones
de vida y progreso.
Nota: El texto al que hago referencia puede consultarse aquí.
Nota: El texto al que hago referencia puede consultarse aquí.
Es interesante destacar el aspecto de la utopía en los planteamientos de Raymond Williams, para quien el proyecto democratizador a través de la cultura es un proyecto de emancipación que aminora una práctica utópica conservadora.
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