martes, 19 de febrero de 2013

Un poco de contexto en el que Raymond Williams emprende los Estudios Culturales.

Por Gerardo Flores de la Rosa y Sandra Lilia Palacios


Raymond Williams (Reino Unido, 1921-1988) es quizá uno de los pilares de los llamados “Estudios Culturales” que han venido planteando un cambio en las políticas culturales de la sociedad. Parte de la necesidad imperante de efectuar un cambio dentro de los órganos que tienen el poder y que de alguna manera se han encargado de hacer duraderos los conceptos contrapuestos de pobres versus ricos. Esta dicotomía implica también un desequilibrio en todos los órdenes de la vida y Williams propone cómo ir solucionando ese mal. Sin embargo, en este bosquejo que dedicamos al autor, haremos una breve revisión que consideramos de mayor influencia en su obra, es decir, el contexto social y relevante que lo ha llevado a establecer sus propuestas.

Podemos situar la obra crítica de Raymond Williams en un contexto comprensiblemente difícil. La Guerra Fría, la Postguerra, la segunda Guerra Mundial, serán quizá los acontecimientos más relevantes que influirán en su producción crítica. “El valor de su trabajo intelectual viene aumentado –al igual que el del resto– por haber conseguido desarrollarlo en un clima social y cultural poco favorable a las investigaciones de inspiración marxistas”(Coll Blackwell, 1997, 34) . Motivos por los cuales Williams emprende la búsqueda de las igualdades culturales de la sociedad. La economía inglesa sufre repercusiones al grado de que se ve envuelta en la gran depresión que fluctúa de 1924 a 1938, cuando comienza a salir de su estancamiento. Los recursos que están iniciando de nuevo, también conllevan una serie de eventos que habrán de crear esa conciencia de clases de Raymond Williams. Por otro lado, si el marxismo cobra importancia para Williams, también Leavis influirá en él tal y como señala Iciar Recalde argumentado que “las dos tradiciones fundamentales en el contexto de formación de Williams fueron, por un lado, las enseñanzas de Leavis, y por otro, el marxismo. Ambas tradiciones estarán sujetas a críticas y reformulaciones desde la óptica del materialismo cultural. Leavis era el centro en el campo intelectual de la Inglaterra de posguerra. Sus formulaciones en torno a la cultura y a la literatura fueron un tipo específico de reacción a los cambios experimentados en la vida social inglesa frente al avance del capitalismo”. (Recalde, 2005. 11)

En la década de 1950 a 1960 pertenece al Círculo de Birmingham, donde se encuentran los marxistas británicos, E.P. Thompson y S. Hall. Cultura y Sociedad 1780-1950 De Coleridge a Orwell (1958), es producida durante su participación en este círculo, el cual influirá fuertemente en el autor ya que comparte con sus miembros no sólo la inquietud por comprender y explicar la articulación entre clase social y práctica cultural con una mirada que trasciende lo socioeconómico sino que sus fundadores, entre los que se encuentra el mismo Williams, provienen de las clases más bajas de Inglaterra. Según Mauro Wolf "Su interés se centra sobre todo en analizar una forma específica de proceso social, correspondiente a la atribución de sentido a la realidad, al desarrollo de una cultura, de prácticas sociales compartidas, de un área común de significados". Los 50 es quizá la década más productiva de Williams y se debe en mayor medida por los cambios que vive Inglaterra. No es casual que los cambios sociales de su época sobresalgan como aliciente para ir formando su idea de una vida solidaria entre seres humanos. Mientras Williams desarrolla sus estudios, en Argentina está terminando el Peronismo hacia finales de los setentas y es en ese momento cuando algunos intelectuales crean la revista Punto de vista, bajo las direcciones de Beatriz Sarlo, Carlos Altamirano, Ricardo Piglia, María Teresa Gramuglio y Hugo Vezzetti, que en contra de la dictadura comienzan el laborioso trabajo de difusión de la obra de Williams: “La lectura y difusión de Raymond Williams había comenzado a mediados de los años setenta y continuaría en el marco de la dictadura de militar [sic] inaugurada en 1976. De tal modo, hasta aproximadamente en 82, los jóvenes provenientes de la izquierda revolucionaria, hicieron una productiva e intensa lectura de Williams, en paralelo con las lecturas de Hoggart, Rama y Cándido” (Jimena Montaña, 2009; 4 y 5). El campo no puede ser más difuso, pues del otro lado del continente europeo, el crítico se enfrenta a sus problemas sociales, a la búsqueda de una solución que lo lleve a mejorar las condiciones de vida; del lado americano, el contexto social donde se inserta parte su obra, también se halla la misma problemática. Los cambios abruptos, las guerras, la dictadura, sólo reflejan el punto clave por el que Williams se interesa en dichos aspectos: el poder económico, la democracia que no es democracia en el sentido estricto de la palabra. La cultura entonces ya viene fracturada desde el momento en que los que ostentan el campo político no revierten ni mejoran la situación de violencia y pobreza que toda guerra y dictadura traen en sí.

Bajo estas circunstancias la obra crítica de Raymond Williams nace y se desarrolla en un tiempo ya de por sí difícil. El contexto social en toda obra repercute siempre en cómo, por qué y para qué fue creada. En el caso de Williams vemos que en plena ebullición de cambios que han deteriorado la moral, la economía, la política, los conceptos sociales, etcétera, se persigue un nuevo modo de comprender tales características en el aspecto de la cultura, sea cual fuere el país del que se hable. No sólo la comprensión si no una respuesta o solución es la que se busca para que se haga efectiva una política cultura que beneficie a todo ser humano, pues tal y como lo señala Roxana Patiño “se pone de manifiesto la intención de buscar alternativas en nuevas lecturas o relecturas de la historia de las ideas, la teoría política, la sociología de la cultura y la crítica literaria. Desde esta estrategia de búsqueda, se introduce el último Barthes, la sociología de Pierre Bourdieu y los estudios culturales británicos, particularmente Raymond Williams, autores cruciales para la reforma de la crítica literaria de los próximos años.”



Bibliografía:

Andreu Coll Blackwell, “Recordando a Raymond Williams en el décimo aniversario de su muerte”  en Enrahonar. Barcelona, núm. 28, 1997. p. 34.

Iciar Recalde, “María Elisa Cevasco, Para leer a Raymond Williams” en Orbis Tertius. Bs As, Núm. X, 2005. p. 11.

María Jimena Montaña, “La recepción de Raymond williamas en la Revista Punto de Vista: un retorno al sujeto, la historia y la experiencia” en Prácticas de oficio. Investigación y reflexión en Ciencias Sociales. Bs As: núm. 5, 2009.

Roxana Patiño, “Revistas literarias y culturales argentinas de los 80” en Ínsula. Madrid,  núm. 715-716, Julio / Agosto 2006. p. 3.



3 comentarios:

  1. Este ensayo permite plantear varias preguntas respecto a la crítica literaria, una de ellas sería aquella que nos permita responder en qué medida la crítica literaria debiera partir de un contexto social y proponer mejoras para la sociedad.

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  2. Significativo es que Williams haya vivido la etapa de más cambios en Europa, y en cierto sentido, ésto explica su interés de contribuir a plantear la cuestión social de otra forma, una forma en donde se integrara al mayor numero de grupos sociales.
    En la Argentina la lectura de Williams, como apuntas, fue muy prolija, y ¿en México?, ¿nuestra dictadura bien encubierta no ocasionó una necesidad de remediar nuestro contexto desde todos los ámbitos sociales, incluyendo el de la crítica? Algo tendrá que ver, tal vez.
    Creo que debemos releer muy atentamente a Monsiváis.

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  3. Me parece interesante la propuesta que hacen sobre la lectura de los artículos de Williams desdes los países con dictaduras (Argentina), ya que sus estudios son una gran aportación para los países que, al final de sus dictaduras, están reformulando los conceptos básicos de sus sociedades nacientes, y que en el caso de los trabajos Williams serían fundamentales para una resignificación de "cultura".

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