(Acercamiento del hibridismo bhabhariano en un cuento de Emilliano Pérez Cruz)
Siguiendo
con el asunto de la hibridez que propone Homi K. Bhabha (1949) en su teoría del
postcolonialismo, vamos a tratar de explicar cómo aplicarlo o de qué manera
puede ayudar a analizar un cuento de Emiliano Pérez Cruz (1955): “Ustedes no
saben, pero ya ven…”. La historia del cuento es sencilla. Trata de un grupo de
personas que trabajan en una fábrica y cansados de la explotación por parte del
“patrón” deciden, mediante las funciones de un sindicato, movilizarse para
hacer valer sus derechos, o por lo menos conseguir un aumento de salario o
hacerse de algún producto para el trabajo, tales como ropa o zapatos. Desde
luego que el cuento plantea una realidad de los mundos marginados, la pobreza
extrema, la explotación, el poder desmedido, la compra de servicios, la falta
de humanismo de los poderosos y la infructuosa resistencia del pobre. El
personaje protagónico es Pedro y representa la juventud, la calma, la
pasividad, pero también es la esperanza y la ilusión de los más viejos para que
pueda lograr algo bueno dentro de ese cúmulo explotado. Se presenta a Pedro
como el trabajador, aparentemente, tranquilo y que no responde a las estocadas
de los más viejos en contra del dueño de la empresa. En el devenir del cuento,
el protagonista es invitado hasta el cansancio que finalmente accede a la
petición uniéndose al sindicato. Sin embargo, el asunto le va más lejos: lo
nombran delegado oficial de la empresa. Ante eso, toma su nuevo rol con toda la
formalidad y exigencia que ello implica. Busca al director del sindicato
general para que le ayude a resolver el problema. Y es en este preciso momento
donde podemos empezar a ver cómo funciona lo de la hibridez.
Bhabha va planteando la hibridez como una
mezcla de dos culturas diferentes, ya sea para que una represente lo vencido,
ya sea para que una cumpla con el papel de vencedor (no olvidemos que el
postcolonialismo va encaminado hacia el tema de la colonización, aunque el
asunto de la hibridez no necesariamente debe acatarse a dichos temas). En tanto
que exista una división marcada, donde ambos polos se opongan y a su vez
confluyan en determinado espacio y tiempo, podremos estar hablando de una
hibridez latente, una suerte de mezcla y por ende de una resistencia. En lo más
general que se pueda hablar de lo “hibrido” como una inherencia a la condición
humana, es como se entiende, quizá, la propuesta de Bhabha. Esta llegada de lo
“otro” frente a algo existente es la ruptura, intromisión, de un status quo y viceversa. Pensamos y
hablamos desde el punto de vista del colonizado, pero habría que pensar los
efectos de la hibridez desde el lado del colonizador (aquí vale la pena pensar
que inconscientemente los colonizadores de alguna manera han sido colonizados
antes, incluso, que su contraparte). En el cuento de Emiliano Pérez Cruz,
podríamos observar este fenómeno desde el momento en que el dueño de la empresa
ha “colonizado” ya a los trabajadores; se trata de una hibridez que no ha
perdido vigencia, pues continua ejerciendo un dominio sobre los trabajadores.
Esta suerte de mezcla trabajador-empresa-dueño es la relación que señala Bhabha
cuando alude al libro como estrategia para hacerse del poder. Aquí la empresa
es el símbolo de autoridad, necesidad y control sobre el pobre. Pedro, el
protagonista del cuento, intenta lograr mejores condiciones para los
trabajadores, lo cual ya implica mezclarse, hibridarze, con sus amigos. Allí
hemos visto un tipo de hibridez, donde antes hubo resistencia por parte de él;
esa nueva ideología de igualdad que los otros ya tenían y que debieron tenerla
después de que alguien más les haya sembrado ese germen de la búsqueda de
igualdad. No es casual que la vejez represente cierto mandato sobre la
juventud, pues en el ejemplo que nuestro teórico señala, el conocimiento de la
religión implicará un cierto dominio sobre los que apenas se están iniciando en
dicho campo; esta misma particularidad se presenta en el cuento cuando los
trabajadores viejos logran convencer a Pedro. El camino del protagonista lo
lleva a pensar en que hace lo correcto. Si logra conseguir más beneficios para
el trabajador, logrará también una aceptación por parte del hombre poderoso, y
en consecuencia, una falsa igualdad entre hombres. Es el mismo efecto que el
colonizado presenta al creer ingenuamente ser apreciado por el colonizador
cuando éste acepta algunas demandas de los “naturales”. La verdad es una cosa
completamente cruel y fatídica. Lo que comienza con una búsqueda de igualdades,
será visto como una debilidad si se acepta, y se pensará que cada vez se
querrán más derechos y beneficios. Esto a todas luces no conviene al represor.
El colonizador usará el medio necesario para aquilatar ese brote de
“conciencia” de que trabajadores y dueños tienen los mismos derechos. Recurre
entonces a la muerte, a desaparecer ese brote que afecta sus intereses. El
hibridismo que primero fue la estrategia que se buscó para ingresar a los
terrenos del colonizado, se vuelve un problema cuando el colonizado hace
efectiva la misma fórmula. Sólo queda un camino: la muerte de Pedro y la
permanencia del “otro” en el poder.
Quizá este sea un ejemplo burdo de cómo
acercarse o emplear algunos conceptos del postcolonialismo de Homi K. Bhabha.
Sin embargo, creo conveniente demostrar grosso modo cómo podría emplearse el término de “hibridismo” en un cuento
que en apariencia no podría desarrollarse eficazmente; lo cual demuestro que sí
puede aplicársele. Es importante señalar que un estudio profundo sobre la obra
de Bhabha permitiría bosquejar un estudio serio en su totalidad y con mayor
detenimiento. El cuento que aquí subrayo compone parte de mi objeto de estudio
para tesis de maestría. Lo he tomado de
entre otros nueve, porque me parece pertinente el asunto de los pobres versus ricos como esa división visible
de dos culturas diferentes y donde la que ostenta el poder sirve como modelo
para representar al agente colonizador.
Referencias:
Emiliano Pérez Cruz, “Ustedes no saben, pero ya ven” en Si camino voy como los ciegos (México: Cultura y Recreación, 1987).
Bhabha k. Homi, “Capítulo VI: signos tomados por prodigios. Cuestiones de ambivalencia y autoridad bajo un árbol en las afueras de Delhi, mayo de 1817” en Bhabha K. Homi, El lugar de la cultura. Buenos Aires: Manantial, 2002.
Referencias:
Emiliano Pérez Cruz, “Ustedes no saben, pero ya ven” en Si camino voy como los ciegos (México: Cultura y Recreación, 1987).
Bhabha k. Homi, “Capítulo VI: signos tomados por prodigios. Cuestiones de ambivalencia y autoridad bajo un árbol en las afueras de Delhi, mayo de 1817” en Bhabha K. Homi, El lugar de la cultura. Buenos Aires: Manantial, 2002.
El análisis que planteas sobre sobre la hibridez en el cuento de Emiliano Pérez Cruz me parece acertado, sobre todo al identificar el símbolo de la autoridad en la empresa, ya que Homi K. Bhabha considera que el sifnificante de autoridad tiende a repetirse para su permanencia que se contrapone con el hecho de la aniquiliación del colonizado en tu cuento. Otra cuestión que indentificas en tu análisis es la falta de humanismo del poderoso versus la resistencia del pobre, esta lucha de contrarios resultaría en el reconocimiento de los derechos de los trabajadores, hecho que también se anula en el cuento, así el cuento no es un caso de las variaciones de un discurso colonial, o formas de encuentro, se acerca a la representación de dicotomías sin resaltar la amenaza al discurso del poder.
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