miércoles, 13 de marzo de 2013

Por los caminos de Bhabha


(Acercamiento del hibridismo bhabhariano en un cuento de Emilliano Pérez Cruz)

Siguiendo con el asunto de la hibridez que propone Homi K. Bhabha (1949) en su teoría del postcolonialismo, vamos a tratar de explicar cómo aplicarlo o de qué manera puede ayudar a analizar un cuento de Emiliano Pérez Cruz (1955): “Ustedes no saben, pero ya ven…”. La historia del cuento es sencilla. Trata de un grupo de personas que trabajan en una fábrica y cansados de la explotación por parte del “patrón” deciden, mediante las funciones de un sindicato, movilizarse para hacer valer sus derechos, o por lo menos conseguir un aumento de salario o hacerse de algún producto para el trabajo, tales como ropa o zapatos. Desde luego que el cuento plantea una realidad de los mundos marginados, la pobreza extrema, la explotación, el poder desmedido, la compra de servicios, la falta de humanismo de los poderosos y la infructuosa resistencia del pobre. El personaje protagónico es Pedro y representa la juventud, la calma, la pasividad, pero también es la esperanza y la ilusión de los más viejos para que pueda lograr algo bueno dentro de ese cúmulo explotado. Se presenta a Pedro como el trabajador, aparentemente, tranquilo y que no responde a las estocadas de los más viejos en contra del dueño de la empresa. En el devenir del cuento, el protagonista es invitado hasta el cansancio que finalmente accede a la petición uniéndose al sindicato. Sin embargo, el asunto le va más lejos: lo nombran delegado oficial de la empresa. Ante eso, toma su nuevo rol con toda la formalidad y exigencia que ello implica. Busca al director del sindicato general para que le ayude a resolver el problema. Y es en este preciso momento donde podemos empezar a ver cómo funciona lo de la hibridez.

Bhabha va planteando la hibridez como una mezcla de dos culturas diferentes, ya sea para que una represente lo vencido, ya sea para que una cumpla con el papel de vencedor (no olvidemos que el postcolonialismo va encaminado hacia el tema de la colonización, aunque el asunto de la hibridez no necesariamente debe acatarse a dichos temas). En tanto que exista una división marcada, donde ambos polos se opongan y a su vez confluyan en determinado espacio y tiempo, podremos estar hablando de una hibridez latente, una suerte de mezcla y por ende de una resistencia. En lo más general que se pueda hablar de lo “hibrido” como una inherencia a la condición humana, es como se entiende, quizá, la propuesta de Bhabha. Esta llegada de lo “otro” frente a algo existente es la ruptura, intromisión, de un status quo y viceversa. Pensamos y hablamos desde el punto de vista del colonizado, pero habría que pensar los efectos de la hibridez desde el lado del colonizador (aquí vale la pena pensar que inconscientemente los colonizadores de alguna manera han sido colonizados antes, incluso, que su contraparte). En el cuento de Emiliano Pérez Cruz, podríamos observar este fenómeno desde el momento en que el dueño de la empresa ha “colonizado” ya a los trabajadores; se trata de una hibridez que no ha perdido vigencia, pues continua ejerciendo un dominio sobre los trabajadores. Esta suerte de mezcla trabajador-empresa-dueño es la relación que señala Bhabha cuando alude al libro como estrategia para hacerse del poder. Aquí la empresa es el símbolo de autoridad, necesidad y control sobre el pobre. Pedro, el protagonista del cuento, intenta lograr mejores condiciones para los trabajadores, lo cual ya implica mezclarse, hibridarze, con sus amigos. Allí hemos visto un tipo de hibridez, donde antes hubo resistencia por parte de él; esa nueva ideología de igualdad que los otros ya tenían y que debieron tenerla después de que alguien más les haya sembrado ese germen de la búsqueda de igualdad. No es casual que la vejez represente cierto mandato sobre la juventud, pues en el ejemplo que nuestro teórico señala, el conocimiento de la religión implicará un cierto dominio sobre los que apenas se están iniciando en dicho campo; esta misma particularidad se presenta en el cuento cuando los trabajadores viejos logran convencer a Pedro. El camino del protagonista lo lleva a pensar en que hace lo correcto. Si logra conseguir más beneficios para el trabajador, logrará también una aceptación por parte del hombre poderoso, y en consecuencia, una falsa igualdad entre hombres. Es el mismo efecto que el colonizado presenta al creer ingenuamente ser apreciado por el colonizador cuando éste acepta algunas demandas de los “naturales”. La verdad es una cosa completamente cruel y fatídica. Lo que comienza con una búsqueda de igualdades, será visto como una debilidad si se acepta, y se pensará que cada vez se querrán más derechos y beneficios. Esto a todas luces no conviene al represor. El colonizador usará el medio necesario para aquilatar ese brote de “conciencia” de que trabajadores y dueños tienen los mismos derechos. Recurre entonces a la muerte, a desaparecer ese brote que afecta sus intereses. El hibridismo que primero fue la estrategia que se buscó para ingresar a los terrenos del colonizado, se vuelve un problema cuando el colonizado hace efectiva la misma fórmula. Sólo queda un camino: la muerte de Pedro y la permanencia del “otro” en el poder.

Quizá este sea un ejemplo burdo de cómo acercarse o emplear algunos conceptos del postcolonialismo de Homi K. Bhabha. Sin embargo, creo conveniente demostrar grosso modo cómo podría emplearse el término de “hibridismo” en un cuento que en apariencia no podría desarrollarse eficazmente; lo cual demuestro que sí puede aplicársele. Es importante señalar que un estudio profundo sobre la obra de Bhabha permitiría bosquejar un estudio serio en su totalidad y con mayor detenimiento. El cuento que aquí subrayo compone parte de mi objeto de estudio para tesis de  maestría. Lo he tomado de entre otros nueve, porque me parece pertinente el asunto de los pobres versus ricos como esa división visible de dos culturas diferentes y donde la que ostenta el poder sirve como modelo para representar al agente colonizador. 

Referencias:

Emiliano Pérez Cruz, “Ustedes no saben, pero ya ven” en Si camino voy como los ciegos (México: Cultura y Recreación, 1987).

Bhabha k. Homi, “Capítulo VI: signos tomados por prodigios. Cuestiones de ambivalencia y autoridad bajo un árbol en las afueras de Delhi, mayo de 1817” en Bhabha K. Homi, El lugar de la cultura. Buenos Aires: Manantial, 2002.

1 comentario:

  1. El análisis que planteas sobre sobre la hibridez en el cuento de Emiliano Pérez Cruz me parece acertado, sobre todo al identificar el símbolo de la autoridad en la empresa, ya que Homi K. Bhabha considera que el sifnificante de autoridad tiende a repetirse para su permanencia que se contrapone con el hecho de la aniquiliación del colonizado en tu cuento. Otra cuestión que indentificas en tu análisis es la falta de humanismo del poderoso versus la resistencia del pobre, esta lucha de contrarios resultaría en el reconocimiento de los derechos de los trabajadores, hecho que también se anula en el cuento, así el cuento no es un caso de las variaciones de un discurso colonial, o formas de encuentro, se acerca a la representación de dicotomías sin resaltar la amenaza al discurso del poder.

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