martes, 23 de abril de 2013

Esbozo del campo literario de Emiliano Pérez Cruz


Dentro de la propuesta que nos señala P. Bourdieu, en cuanto al campo cultural, voy a detenerme en mostrar cómo se da tal en la obra del cuentista Emiliano Pérez Cruz.


 

El escritor Emiliano Pérez Cruz (Ciudad de México, 1955) se inscribe dentro de la denominada generación de los cincuentas en la cuentística mexicana del siglo XX, junto a otros escritores de renombre nacional, como Roberto López Moreno, Rolando Rosas Galicia, Ignacio Trejo Fuentes, Arturo Trejo Villafuerte, Eduardo Villegas, Josefina Estrada, Norma Lazo, Armando Ramírez, Gonzalo Martré, Jorge Armodio, Joaquín Hurtado, Juan José Rodríguez, René Roquet, que son muy poco conocidos en el ámbito lector. Es cierto, algunos de ellos tendrán lectores, pero no los suficientes para darles la atención que se merecen. En el caso particular de Emiliano Pérez Cruz el asunto me parece aún más extraño, y si se quiere, contradictorio. Resulta interesante cómo este autor aún con los premios modestos en su haber, con las publicaciones en antologías de talla internacional  –por ejemplo la que elabora Seymour Menton con El cuento hispanoamericano, donde incluye su cuento “Todos tienen premio, todos”, siendo en propias palabras del autor “el cuento más antologado”)–, con publicaciones en revistas de trascendencia internacional como Hispamérica; o atenciones que le hacen estudiosos del cuento como Lauro Zavala o Jean Franco, no tenga el mismo prestigio que gozan otros autores en cuanto a su calidad de obra.
Es claro que con el primer premio obtenido en cuento, “Tomate”, y con la seguridad que le propuso Gustavo Sainz  en el campo de la creación literaria, Emiliano Pérez Cruz gozará en su juventud con cierto prestigio y reconocimiento de colegas como Josefina Estrada; sin embargo, el tiempo no continuó proporcionándole esas condiciones, ya que en la actualidad es poca estudiada su obra debido a que no se encuentra publicado en editoriales de renombre y de grandes tirajes. Es importante señalar que la cuentística de este autor es la parte menos favorecida y la que a su vez tiene una importancia sólida en las letras mexicanas; digo esto porque han pasado ya varios años y no hay datos de que se obtenga algún reconocimiento meritorio en esta área; lo cual en el aspecto de la crónica sí lo ha habido, tal es el caso del Premio Nacional de Testimonio Chihuahua, 2002, con el título Si fueras sombra te acordarías y del cual ya han pasado diez años.  Crónica y cuento son dos formas similares de narrar sucesos, siendo el cuento el único donde la libertad imaginativa es total. Lo que ahora nos importa es el análisis de sus cuentos y la revalorización literaria.
Al indagar sobre estudios realizados a la obra del autor sólo hallé una tesis en la UAM, Cadenas de violencia en seis relatos de Emiliano Pérez Cruz, que en 2005 realizara Susana Osnaya Ruíz, siendo una aportación interesante que no es suficiente para el estudio de su obra.

Este esbozo nos da pauta para ira marcando el campo literario del autor, su legitimización, su alcance y los factores que determinaron que quedara relegado frente a otros autores como Juan Villoro.
            Podemos creer que desde que Emiliano Pérez Cruz gana el concurso de cuento, es como inicia su camino literario. Sin embargo, la razón detrás de todo ello es aún más poderosa. El escritor Gustavo Sainz es quien alienta a Pérez Cruz a que envíe su cuento a concursar, previamente revisado por el maestro. Así, siendo un Sainz un autor posicionado en la esfera literaria le prodiga al joven autor un lugar en el nuevo campo literario. De allí es que se antologa el cuento “Todos tienen premio, todos” en un libro que prepara el mismo Sainz, para que luego Seymour Menton lo reconozca en su tradicional antología de El cuento hispanoamericano. No es poca cosa que ya un par de autoridades literarias le dediquen un espacio en su buen juicio crítico. De esta manera se auguraba el posicionamiento de Pérez Cruz en la nueva narrativa mexicana de entonces y junto con su trabajo ejercido, principalmente el del testimonio, es como se va haciendo de reconocimiento frente un público lector que lo sigue atento.
El campo literario, como lo dice Bourdieu, está siempre relacionado con el poder. Tal es así, que nuestro autor actualmente sigue laborando en una dependencia burocrática. El simple hecho que Sainz lo guiara, le abrió puertas en distintos espacios culturales, ya como editor, ya como articulista. Pero ¿a qué se debe que hay mermado su difusión en el campo literario? No sólo no se critica su obra, sino que no se lee. En un pasaje que él mismo describe en una biografía nos da cuenta que entre el maestro y el alumno hubo una ruptura total. Se debió principalmente a diferencias de ideología, si se quiere, de censura; pues se le prohibió pasar notas que atentaban contra el gobierno de aquel entonces. No quiero pensar que sea cierto que esa ruptura hay afectado el ascenso de nuestro escritor, sólo lo supongo.
            Por otro lado, la legitimización también se da desde los sellos editoriales en que publica cualquier autor. En este caso Pérez Cruz publica sus libros en editoriales de minúsculo alcance: Daga, Estado de México, Oasis. Son editoriales hasta cierto grado locales y de amigos. Sólo le quedaba al autor hacer fama con los críticos y en eso ya vimos que sí hizo bien.
Emiliano Pérez Cruz corrió la suerte de que su literatura se encontrara plagada de temas marginales, como la pobreza y la violencia, la sordidez y el desprecio de la gente pudiente; llevándolo a colocarlo en diferentes aristas como en la denominada corriente de “postonderos” “realismo sucio” “realismo duro” “el jodidismo”, por críticos como Christopher Domínguez Michael o Jean Franco.



Referencias:

Pierre Bourdieu, Las reglas del arte, Génesis y estructura del campo literario, (Barcelona: Anagrama, 1997).

Emiliano Pérez Cruz, Un gato loco en la oscuridad. Antología Personal (México: Colibrí, 2000).

Lauro Zavala, “El cuento mexicano, 1979-1988” en Revista iberoamericana, vol. LV, núm. 148-149, Julio-Diciembre, 1989.

Jean Franco, “Narrativas y lenguajes de la globalización” en Global/local: democracia, memoria, identidades (Montevideo: Ediciones Trilce, 2002).

4 comentarios:

  1. Me resultó muy interesante la revisión que haces al campo literario de este autor; donde, sin duda alguna, podemos apreciar cómo las máximas que propone Bourdieu para conocer esos campos símbólicos resultan bastantes eficientes. Saludos.

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  2. Tú análisis me hace pensar cuál es la importancia actual del campo de la crítica literaria respecto a otros campos y, especialmente, respecto al campo literario. ¿Qué tipo de capital te otorga la crítica, y que tipo de capital otorgan los mismos agentes? ¿Cuántos escritores se mueven en los dos campos; y qué implicaciones tiene esto?

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    1. La importancia de la crítica literaria, Pierre, me parece muy escasa como escasos son los críticos. Ahora, toda crítica supone, en la utopía, que sea lo más objetiva que se pueda, sin embargo, sabemos que eso no sucede. Desde allí el problema ya viene porque sin duda ese "campo" le proporciona el mismo capital que los agentes lo hacen, aunque quizá un poco disfrazado. Digo, el crítico se alista a hacer una revisión de la misma obra, movido regularmente, por al aprecio o enfado hacia el autor. El gente se lanza directamente a promover a la persona principalmente aunada a su obra. No me cabe en la cabeza en qué momento un autor literario se deja llevar por esas cuestiones de agentes. Respecto a cuántos escritores se mueven en ambos campos es dificultoso que me aventure a hacer un revisión de tal. Pero sí estoy seguro que las implicaciones que ello conlleva son desastrosas para otros autores, pues son quienes sufren los embates editoriales y de difusión.

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